7.2.12

Ronquidos


   Mientras el silencio mantiene el orden, tan solo se escucha la cuchilla implacable de los relojes que, con una perseverancia exasperante, cercena filo a filo la inagotable tropa de segundos. Únicamente el grifo, con su lento revólver, y la valentía del viento, que roza su lomo contra las ventanas, se atreven a desafiarlos.
  Pero, a veces, de noche, una máquina amenazante detiene tanta muerte injusta: una piedra que roza sus uñas contra el miedo, que silba entre cuchillas, el ronco ruido de una sierra que corta los tableros de la vida y luego resopla sus virutas sobre la tierra hozada del sueño.

2 comentarios:

  1. Ya te vale, Alonso. ¿Cómo puedes encontrar belleza en un fenómeno que definitivamente no la tiene? Al menos no la tenía hasta este momento. Ahora tengo dudas.

    Un abrazo.

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  2. Así, da miedo dormir y escuchar roncar. Creo que los sueños también desafían, afortunadamente. este breve relato que pone los bellos de punta. A no ser que el sueño sea una pesadilla.

    ¡Ay!, esto de la vida y la muerte siempre alrededor.

    Besitos.

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