8.9.10

Raindrop

(F. Chopin contempla el mar en su retiro mallorquín. Es el invierno de 1838 y la tuberculosis le ahoga la garganta. Acompañado y cuidado por su amada George Sand, espera con desesperación la llegada de un piano desde Francia. Mientras que la lluvia no cesa de caer, compone sus Preludios).

Anochece en el arco voltaico de un piano, mientras una tos convulsa quiebra la escritura de unos dedos frenéticos.
A lo lejos, una luz en el puerto mueve su lumbre de viento. También la luz suena en el silencio, entre Dios y los hombres, en el on y off de la noche y de la tarde.
Sobre la arena en sombra, manos blancas alisan el horizonte. La música ya no es música, es un chasquido en el agua, un salpicar de olas negras que se levantan y se detienen.
Rehén del infinito, sabe que Dios lo escucha pero que también se calla.
Arena y agua, viento y dedos que tiemblan, que lloran, que buscan en el mar, en la arena, en las sombras, una luz que se apaga, el ancla de un dios silente.
-Si he de morir, que sea sobre un piano, cubierto por la espuma blanca y negra de un teclado.