El profesor de fagot es joven, jipilón, muy didáctico y, sin él saberlo, poeta.
Siempre que acompaño a mi hija a sus clases, aprendo algo de música, aunque en el fondo no es otra cosa que poesía, la madre de todas las artes.
Independientemente de la técnica de las manos, de la posición del cuerpo y de la boca —algo a lo que no hace concesión alguna—, su punto fuerte surge cuando llegan los matices expresivos: el porqué de la música, el no sé qué de la física que el músico ha de interpretar con intuición de meteorólogo, el ritmo, la continuidad de los silencios, el arte y la técnica, el dos más dos (que rara vez es dos), el pensar en la música y no solo producir música. Si supiera de métrica, afirmaría que once sílabas no constituirían un endecasílabo o, al menos, no sólo así.
Lógicamente, para aprender es necesaria la curiosidad de estar abierto al mundo, pero si, además, contamos con la valiosa ayuda de una artista que utiliza la reflexión artística tanto para interpretar la vida como para luchar contra las limitaciones propias y ajenas, el proceso resulta mucho más placentero y fructífero.
La clase está a punto de acabar y el fagotista, como buen poeta, arrincona el tiempo cronológico en manos de una cohorte de sibemoles y blancas con puntillo. Finalmente remata la lección con una frase tan clásica como real: “Uno aprende escuchando”. ¿Nos suena?
Qué buena reflexión y qué cierto es eso de que las artes, ya sean expuestas con un bolígrafo, un instrumento musical o un cincel, conforman un único espacio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los músicos son una especie aparte, unos excéntricos maravillosos, pero cuidado que se contagia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y ¿ qué es el-arte? Cuarenta grados bajo cero.
ResponderEliminarBromas aparte, una pregunta ¿ un artista utiliza la reflexión artística para interpretar la vida? No sé , no sé . Pienso que un artista utiliza el arte para expesar la vida, sus limitaciones.
Ya lo decían nuestros abuelos "para saber escuchar y observar,hay que pararse un ratito en medio el campo, sólo, sin compañía". y no precisamente eran artistas nuestros abuelos o sí.
Interesante reflexión. Hay debate
Un abrazo.
el no sé qué de la física que el músico ha de interpretar con intución de meteorólogo...eso es absolutamente genial.
ResponderEliminarUn abrazo.
Niño, qué bien te ha quedado el blog.
ResponderEliminarQué buena presentación.
Otro abrazo
Fernando, cada vez lo tengo más claro. Aunque se utilicen lenguajes y medios distintos, el resultado es absolutamente equiparable.
ResponderEliminarUn abrazo
Ridao, ya es tarde. El contagio es total. Creo que tú tmbién lo estás.
ResponderEliminarUn abrazo
Ramón, el artista analiza e interpreta todo lo que le rodea aunque en muchos casos se mire hacia dentro. ¿No lo haces tú con tu cámara?
ResponderEliminarUn abrazo.
Juanma, gracias.
ResponderEliminarRamón, el formato lo he encontrado en blogger. Hay unas plantillas muy interesantes. ME estoy pensando cambiarlo todas las semanas.
ResponderEliminarUn abrazo
Salvo a follar, que se aprende follando... según un Catedrático de Construcción, ya jubilado, de la Escuela de Arquitectura.
ResponderEliminarEsa era su respuesta cuando uno de sus alumnos le preguntaba en clase por algo que aprendería más adelante con el oficio.
Lo siento, amigo Miradme, creo que me he cargado la magia poética de tu entrada. Espero que este comentario no lo lea tu hija.
No te preocupes, Alejandro. En cualquier caso discrepo. Toda la vida de dios (perdón) ha habido mamporreros que han facilitado esta tarea tan necesaria. ¿Qué hubier hecho occidente sin ellos?
ResponderEliminarUn abrazo