17.11.09

Enseñando haikus

Hace unas semanas, tomando un café mientras que llegaba la hora de inglés de mi hija, se me ocurrió, para entretenerla, enseñarle a hacer haikus. A pesar de su corta edad, una niña de “nuef” años, la experiencia fue muy gratificante. De hecho, la semana siguiente, sin que le yo dijera nada, ya tenía preparada una servilleta de la cafetería y un lápiz en la mano. Lógicamente, no pude negarme.
Al principio, como si fuera un duelo poético, buscamos imágenes de animales. Luego cada uno se inspiró en lo que quiso, faltaría más.

Ella:
Salamanquesas
trepan por todos lados.
Parecen monos.

Yo:
Salamanquesas,
grisáceas estatuas
que aman la noche.

Ella:
Se esconde el sol:
Los grillos con violín.
La luna canta.

Yo:
Un violín roto
suena en la oscuridad.
Un grillo llora.

Ella:
Baila la tierra,
El sol va dando vueltas.
Parece un vals.

Yo:
En el cristal,
las gotas divertidas
buscan el mar.

En este mundo
de hiatos, te busqué
como un diptongo.

11 comentarios:

  1. Guauu, hoy hubiese comentado con una palabrota, pero dada la edad de tu hija me contengo.

    Son una maravilla, una maravilla.

    El primero es mi favorito, salamanquesas y simplicidad, para mí perfecto.

    Un abrazo

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  2. Qué manera tan bonita de despertar a la poeta que lleva dentro. Tener un padre poeta, que además sabe explicarse, qué suerte para ella. La has alejado para siempre de lo soez.

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  3. ¡¡Fantástico!! A mí me gusta muchísimo el segundo de tu hija. Son sorprendentes estos niños, alucinantes, libres, imprescindibles.

    Un fuerte abrazo...o aquellos besitos primerizos.

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  4. Me gusta mucho el de los grillos. ¡Parece mentira que tenga nueve años! Enhorabuena.

    P.S: Así me gusta, enseñando haikus, y no esa mariconada de las soleás.

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  5. Sorprendente.

    El del sol y la tierra me parece un haiku filosófico.

    Me has recordado a los duelos de Cyrano y los más recientes de ese par de amigos comunes.

    Un abrazo, me alegro de verte de nuevo tan activo.

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  6. Bendita sea la rama que al tronco sale. La semana que viene, por soleás.
    Un abrazo diptongado.

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  7. ¿Y has enmarcado ya la servilleta? Vaya como escribe tu chica. Para que veas que Darwin tenía razón,la especie mejora.

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  8. Muy buenos, buenos.

    ¡Tienes un Cuaderno internacional, joder!

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  9. Muy agradecido, Jesús. Pero alejar a un niño de lo soez, en los tiempos que corren es una tarea ardua.

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  10. Ay, maestro, qué bueno que los alumnos respondan tan bien! Y si son los hijos, ya ni te cuento de la alegría.
    No si lo de las letras va en la genética, pero desde luego ponerle ibros en sus manos y jugar con ellos con las palabras, funciona.
    De Ella me quedo con el de Baila la tierra. De los tuyos el de los hiatos y diptongos.

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