28.9.09

Mitos

De pequeño vivía en una calle sin asfaltar. En aquel pueblo, a caballo entre la sierra y el Valle del Guadalquivir, aunque era pequeño, cabía toda la Arcadia.
Los mayores, para explicar determinados acontecimientos cotidianos, recurrían con frecuencia a una explicación mítica, a la fascinación de la leyenda. Recuerdo en especial una vez que, durante la noche, unos ganaderos trashumantes condujeron una manada de toros bravos y debían pasar por medio del pueblo.
A nosotros nos fabularon que eran unos forajidos que robaban ganado y que a continuación huían despavoridos.
La tarde antes nos preparaban avisándonos de que estos seres furtivos habían sido vistos por los alrededores.
A la mañana siguiente, al salir a la calle, veíamos las huellas de cientos de animales, notábamos su intenso olor y nos imaginábamos excitados cómo hubo de ser aquella noche, cómo debían de ser aquellos héroes que desafían a la muerte y a su propia vida.

12 comentarios:

  1. Gran entramado mitológico el de tu infancia y preciosa entrada, Miradme. Te estás haciendo viejito, como yo...

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  2. Los héroes tiene caras como las nuestras, amigo. Lo que pasa es que los vemos desde lejos.
    Un abrazo.

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  3. Muy bonita entrada y tan realista! Es una pena que al ir creciendo todo ese mundo fantástico en parte, se pierda, pero bueno, es la ley de la vida...
    Un saludo,

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  4. Julio, envejecemos como la uva de septiembre, pero nos queda mucho todavía por madurar... Lo que no quiero es fermentar...
    Un abrazo, hermano.

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  5. A estas alturas de mi presbicia existencial, todo lo miro con distancia, mi amigo Octavio. Aun así, uno de mis mitos más recordados es el bueno de Max Estrella que, si recuerdas, Valle nos lo presentó como ciego.
    En cualquier caso, tu respuesta daría para varios cubatas en la taberna de Pica Lagartos y un buen Cohibas. Por cierto, ya es hora de que vengas algún día a Sevilla.
    Un abrazo cercano.

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  6. Tienes razón, Libros. Es realista pero en el fondo los mitos los llebamos dentro y tarde o temprano terminamos aplicándolos a nuestra forma de vida.
    Muchas gracias.

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  7. Creo que hay pocas experiencias que se claven tanto en la consciencia como los cuentos infantiles que se mezclan con la realidad.

    Saludos

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  8. Mito de pequeño, mito de mayor.

    Nada se olvida amigo, todo cambia y permanece.

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  9. Capitán, no solo los de la infancia, también los hay de mayor. Para mí la hazaña de un capitán maltratado por 25 hijos de la Gran Bretaña cual Churruca ha superado el terreno del mito para para pasar el épico.
    Un abrazo.

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  10. Es cierto, acerado Javier, nada se olvida, nada.
    Gracias amigo.

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  11. Esto me hace pensar que debiste tener una infancia muy feliz, con la imaginación repleta de figuras heroicas y encantadas.
    Un abrazo

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  12. Así es, Mery, la infancia fue muy feliz. Ya sabes, los paraísos perdidos de la infancia... Pero, bueno, ahora también los hay y espero que los haya. Es cuestión de estar abierto a la vida y ser optimista.
    Un abrazo y gracias por estar aquí.

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