Nos acordamos de Machado, Juan Antonio. Es todo un halago. Tal y como están las cosas es cuestión de plantearse hacer un mercadillo del haiku. Lo mismo compensa el puñetero recorte.
América, es un placer leerte. ¡Cuánto me gustaría tomármelo contigo y con Manuel! Como no sabía muy bien qué era un "guayoyo endulzado con papelón", lo he investigado en el google y me he quedado alucinado con la variedad de cafés que tenéis por allí. No me muero sin probarlos...
El lugar donde lo hayas escrito es lo de menos: el haiku es bueno, tiene fuerza. En un billete de 500 no tendría más valor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me lo tatuaré sobre el pecho... aunque pierda su valor.
ResponderEliminarBromas aparte, es muy bueno.
Leo todos tus posts pero en este me detengo.Precioso,con sabor a cafecito guayoyo endulzado con papelón.
ResponderEliminar¡No es ortodoxo! Imperdonable, tiene rima asonante. Fuera de bromas, me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué bien te salen los haikus sobremeseros. El problema es que con el recorte no vas a tener ni para café :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Sobre todo un haiku cortado con leche marchita.
ResponderEliminarHay una planta que conlleva crueldad en su látex: la euphorbia lactea.
La belleza de las flores siempre tienen éso: la longitud escasa.
Qué bueno, Miradme. Estás hecho un friki de las rosas...
ResponderEliminarAbrazo grande
En un billete de quiniento tiene más valor, Juan Antonio, y sino me da a mi el billete de quiniento y tu que quedas con el haiku.
ResponderEliminarCon los tiempos que corren ufff como para dejar escapar el billetito y regalarselo a Zapatero.
Bueno que digo yo que mirándolo bien me quedo con el haiku y el billete.
Un abrazo.
Ramón, no confundas valor con precio. En un billete de 500, el haiku tendría un precio más elevado, pero no más valor.
ResponderEliminarAcuérdate de Antonio Machado...
Juan Antonio cuánta razón tienes
ResponderEliminarUn abrazo ,
otro pa el Poeta;
otro para el haiku;
y otro mu grande pa el billete de quiniento.
Ps. quiero aclarar que todo es una pequeña broma, porzi acaso.
Nos acordamos de Machado, Juan Antonio. Es todo un halago.
ResponderEliminarTal y como están las cosas es cuestión de plantearse hacer un mercadillo del haiku. Lo mismo compensa el puñetero recorte.
Gracias
Alejandro, lo que ganarías paseando el haiku por esas playas de dios. Pero que no se te caiga la flor...
ResponderEliminarGracias
América, es un placer leerte. ¡Cuánto me gustaría tomármelo contigo y con Manuel!
ResponderEliminarComo no sabía muy bien qué era un "guayoyo endulzado con papelón", lo he investigado en el google y me he quedado alucinado con la variedad de cafés que tenéis por allí. No me muero sin probarlos...
Un abrazo para los dos.
Ridao, me da a mí que ortodoxo tiene premio, pero lo de asonante ya ni te cuento.
ResponderEliminarGracias
Joé, Fernando, si también nos quitan los haikus, apaga y vámonos. Me veo a este paso escribiéndolos en la fachada de Griñán.
ResponderEliminarUn abrazo
Sofía, buen juego de palabras.
ResponderEliminarEn una ocasión tuve una "euphorbia lactea", pero se me secó en una de estas olas de calor africano.
Un abrazo
Ramón, que el haiku es mío, ojo, y los 500 euros me da a mí que ya se los ha llevado ZP.
ResponderEliminarGracias, artista.
Julillo, gracias. Tú ya sabes que soy más de cactus que de rosas.
ResponderEliminarJAJAJAJAJA.....Lo menos que mereces es que te lleve papelón Saludos de Manuel...(mirame al menos)...
ResponderEliminarBesos para ambos.
Esto es belleza en cuatro palabras.
ResponderEliminarY realidad sin artificios. Estupendo.
Besitos