Mirador de la Padrona y Puerto Quejigo.
Después de publicar la anterior entrada, Sofía me tiraba de las orejas y me reprochaba que la imagen del lobo que utilizaba no fuera la adecuada. Por mi parte, reconocía que tenía razón, que el lobo es un animal noble que tanto la tradición popular como la literaria lo habían demonizado. A fin de cuentas son estereotipos que se crean y que difícilmente pueden eliminarse.
Ayer por la tarde (¡Bendita coincidencia!), en la carretera que va de Cazalla de la Sierra a Real de la Jara (51 kilómetros de curvas y contracurvas rodeados de un impresionante bosque mediterráneo), se me apareció el lobo.
Allí, lejos del mundo, asomado a un valle verde y áspero, me pedía explicaciones. Yo simplemente las transmito.
P.D.: Perdonad la calidad de la fotografía. Me quedé sin batería y tuve que echar mano al móvil.
Pero bueno, Miradme, tú no has utilizado al lobo para nada en la entrada anterior. Has usado un concepto, un símbolo. Hace poco lo dije en mi blog, cuando uno escribe no puede hacerlo pensando en si se va a molestar algún colectivo, un sexo, una orientación, una religión... Tu lobo era tan de carne y hueso como el que nos traes en la foto de hoy.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya me gustaría ver un lobo como nos lo traes, aullando a la luna.
ResponderEliminar(las metáforas son así, tienen varias lecturas)
Besos y besos
Fernando del Moral, entiendo de sobra lo que ha utilizado Miradme en la entrada anterior y entiéndelo sólo como un pequeño reproche. Lo que yo no haré jamás es utilizar esos estereotipos. Como tampoco llamaré borrico a nadie, ni asno; Platero, a lo mejor. Así que no se enfade en su comentario.
ResponderEliminarMiradme, magnífica la sierra norte de Sevilla. Y silenciosa, además.
No se inspiró Antonio Colinas en esas tierras para su poema 'Zamira ama a los lobos'.
Te dejo:
- Su página web:
http://www.antoniocolinas.com/poema06.html
-Su voz en el poema mencionado:
http://www.ucm.es/info/especulo/numero20/zamira1.html
-Y el poema completo:
Zamira ama los lobos.
Yo quisiera ir con ella a buscarlos
a las tierras más altas,
donde los robledales rojos de Sotillo
han perdido sus hojas en las fuentes,
allá donde los caballos
beben el agua helada de las cascadas
y se espera la nieve
como una bendición.
Tú y yo estamos en este hospital
esperando a la muerte.
No la muerte tuya ni la muerte mía,
sino la de aquellos que nos dieron la vida.
Y éstos, ¿a quienes pasarán,
cuando mueran, sus muertes?
Tú y yo esperando el final,
El vacío del límite,
mientras la vida brilla y tiembla entre nosotros
como un cuchillo inocente.
Y es que, esperando la muerte de los otros,
esperamos, un poco, la muerte nuestra.
Quizá, por ello, Zamira ama los lobos.
Quizá, por ello, yo deseo también
salir a buscarlos con ella este mes de diciembre
a los páramos altos,
a los prados remotos.
Y podríamos ver los espinos,
y las brasas de sangre del sol
en mimbrales morados.
Puesta ya en nuestros ojos
la venda de la nieve,
que no pensemos más, que ya no nos deslumbre
el acre resplandor de los quirófanos.
Zamira ama los lobos,
quiere escapar del laberinto de piedra y cristal
del dolor.
Zamira: partamos y no regresemos.
Antonio Colinas tiene un gran libro de Poesía titulado :
Libro de la Mansedumbre.
Poeta muy reposado.
Como gran poeta, tambien, es Manolotel, que suele visitar mi cuaderno y que es de Real de la Jara. Te dejo el enlace de su bitácora:
http://deloscaminosandados.blogspot.com/
¡Y vivan los aullidos!
Mira, la verdad es que a mí me encantan los lobos, pero creo que si no podemos utilizar símbolos, aunque sean imperfectos, pues apaga y vámonos. Tu anterior entrada yo la entendí sin ofensa. Y los lobos tampoco... o no se te hubieran puesto a tiro (ay, perdón) para la foto, qué suerte.
ResponderEliminarLos escuchaba de pequeña donde me crié, y son fantásticos. En la sierra norte de Sevilla.
ResponderEliminarSobre Ana, está la dificultad de enseñar al grupo a integrarla con ellos. Y a que no ridiculicen su anorexia, es bastante fácil actuar en grupo y reaccionar así, antes que ponerse en lugar de Ana.
Hay que aprender a enseñar, y se enseña con el diálogo y el ejemplo.
Saludos.
Fernansdo, es cierto que el uso que le di no tenía ninguna intención negativa contra los lobos, sí, en cambio,contra las personas.Pero también entiendo que haya gente a quien las imágenes estereotipadas no les desagraden.
ResponderEliminarEn este sentido, hace unos días vi un reportaje sobre Puerto Urraco(otra imagen tópica de la España profunda) que me hizo reflexionar sobre este tema.
Es fácil recurrir a estas imágenes, como me ha pasado a mí, pero pueden producir efectos contrarios en la sensibilidad del lector. ¿No te pasa a ti algo parecido cuando a los andaluces se nos describen como vagos y exagerados?
Un abrazo
Virgi, la verdad es que fue una uténtica casualidad. El sol poniéndose y el lobo a contraluz. El paisaje que se veía desde el mirador era absolutamente increíble.
ResponderEliminarBesos y más besos.
Sofía, me parece perfecto que uno pueda manifestar su desagrado ante algo que no le guste y especialmente si se razona como tú lo haces.
ResponderEliminarEl poema de Colinas que me regalas es tan sobrecogedor como hermoso. Aquí la imagen del lobo se llena de esperanza.
Muchas gracias
Aurora, nos hemos metido en la boca del lobo... Creo que he respondido antes.
ResponderEliminarUn beso (sin escopetas). ¡Qué mala eres!
Lou, es una suerte haber escuchado sua aullido. Yo recuerdo, hace más de 20 años ver uno en El Pedroso, aunque estaba domesticado.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de Ana no estoy de acuerdo contigo: con los medios que tenemos, con la ratio excesiva, con la influencia del entorno familiar y social, con la influencias étnicas y culturales difícilmente se puede enmendar la situación.
Gracias por venir y un abrazo.
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