Esta mañana, después de dejar los niños en el colegio, presencié un acto de heroísmo. Un ochentañero que avanzaba con gran dificultad por la acera, luchando contra el parkinson y su cuerpo cadavérico, se topó con un flamante Mercedes que le dificultaba el paso. El anciano intentó rayar el coche con su muleta (o estoque, diría yo) mientras que balbuceaba insultos inaudibles, tal era su endeblez. Solo diré que lo intentó, porque fuerzas no tenía. Los dueños del coche, un matrimonio que desayunaba algunos metros más allá y que lógicamente no podía abandonar su vehículo en uno de los espacios libres de las proximidades, montaron en cólera y les decía a todos los que pasaban que no entendían el comportamiento de este hombre.
Sinceramente, no justifico estas acciones pero, en este caso, me entraron ganas de ayudarlo. Creo, en verdad, que me sentí un poco cobarde.
Para mí, la educación no radica solo en la formación académica, ni en las buenas maneras sociales. La educación consiste en dominar nuestro egoísmo y ponernos en el sitio de los demás, qué carajo.
He aquí la moraleja de hoy.
El abuelete tendría que haber entrado a matar tras tres medias verónicas y dos chicuelinas, porque, la verdad, no hay derecho a que no dejen pasar al anciano diestro...
ResponderEliminarBuena entrada, brother
Yo le habría ayudado. Cada vez que me encuentro un coche aparcado en tor paso de cebra por donde pretendo cruzar con el carrito del niño saco las llaves y lo rayo de cabo a rabo, con tronío y poderío.
ResponderEliminarMe llamo la atención tu Nick y he venido a "mirarte" ...
ResponderEliminarMuy buenas tus enseñanzas y estas en lo cierto, al menos para mi
creo que si TODODS colaboraramos con un poquito de amor al prójimo seria más fácil y llevadera la vida que nos toca transcurrir ...
hay que celebrarla! y aprender a NO ser individualistas, pues todos llegaremos a esa edad, como quizás no tengamos la misma suerte
Un gusto leerte :)
Abrazo desde Argentina♥
Pocas cosas me molestan más que la mala educación, entendiendo como tal la de personas que no tienen en cuenta a los demás a la hora de actuar.
ResponderEliminarY los coches en doble fila son uno de los actos más comunes y plenos de mala educación.
Una medalla es lo que merece el buen octogenario.
¡Ah la ira del justo! ¡Qué injusta, pero qué bella!
ResponderEliminarBuena moraleja, y mejor post.
ResponderEliminarPero, ¿todo en esta vida es tan injusto?
Julio, si hubiera podido dar las medias verónicas, hubieran sido eternas, porque este hombre era de toreo lento, del antiguo.
ResponderEliminarRidao, a estos cabrones habria que rayarle más cosas, no solo el coche.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Passion. Si mi nick es sugerente, el tuyo tampoco desmerece.
ResponderEliminarLo difícil de la vida es saber dominar el lado egoísta e individualista que llevamos dentro.
Un saludo y bienvenida.
Capitán, aunque nunca te he visto, ya he recibido informes de los altos mandos. Ayer, al tener varios blogs abiertos, me equivoqué y, en vez de contestar el tuyo, lo hice en el de Ridao. Creo que no se dio cuenta.
ResponderEliminarEn cualquier caso, un saludo mi Capitán.
Jesús, por lo que dices responde a un tópico que desconocía. la verdad es que esta ira del justo ha dado a numerosas novelas y películas. ¡Qué sería del western sin este tema!
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús.
Javier, creo que la pregunta que haces es una afirmació. La justicia en el mundo es una utopía.
ResponderEliminarUn abrazo
Deberíamos formar la secta de los estoqueadores anónimos, o algo así.
ResponderEliminarBuena entrada, por no hacer mudanza en su costumbre