La agudeza de relojero se ha ido. Veo menos, es cierto. La letra pequeña voló por los aires, huyó de mí, cansada de tanto verme, tal vez porque tiene el sabor de la traición, de lo que se desea esconder. Por ello, mi presbicia y yo renunciamos a ella y nos declaramos defensores de la letra grande, de los pechos generosos, de los pezones sin límite, como la B mayúscula.
P.D.: Mañana pediré cita al oftalmólogo.
¡Caramba con la letra B!
ResponderEliminarY eso que tienes que ir a revisarte la vista. ¿Qué le dirás al oftalmólogo cuando te muestre una M o una W mayúscula?
No vayas...
ResponderEliminarQue no sabes lo que te perderás...
Tiene razón Javier.
ResponderEliminar¿Para qué mirar, pudiendo palpar? ¿Es comparable la aridez de texto al suave candor de las turgencias? Nadie sacó nada en claro de las letras, a excepción de las de cambio.
Saludos.
Con la declaración que haces, yo no iría al oftalmólogo, ya tienes resueltos, y bien, los problemas que te causa la vista, ¿para qué volver a la i por ejemplo?
ResponderEliminarLo bueno, si grande, dos veces bueno y grande.
ResponderEliminarPues nada, a comprarte unas medias gafas como yo...y luego soy yo el viejo...
ResponderEliminarYo estoy estrenando mis primeras gafas progresivas. Y si vas a una óptica, antes lee lo que le aconteció a don Octavio...
ResponderEliminarMmMm .... pa tanteos ....se nota que es un experto ...Upssss ... digamos que lee esto en letras peke ...Miradme san .
ResponderEliminarLas gafas dan cierto aire de persona seria , intelectual ,no se preocupe vaya al oftalmólogo y compre unas gafas chulisssimassssssssss ...
Feliz ver ....ver ....y ver la vida con alegría .....
Chuissskkkkk
Rosna con gafas (0-0)