Tras casi dos meses de ocio, es hora del negocio. Huido en la aldea, abandonado en el mar, regreso a la corte con menosprecio e indolencia. Sinceramente, el estado natural del hombre no ha de ser otro que el del ocio: un primate que observa cuán fútiles son las horas del presente, cómo crecen los hijos o cómo de rumorosos son sus propios cuescos. Debemos entender el ocio en su sentido primitivo, es decir, el tiempo para pensar, vivir y adaptarse a los ciclos de la vida.
Ahora, en cambio, vuelvo a la rutina, a lo predecible, a la alienación del trabajo.
Pensaba que iba a retomar la actividad de publicar con más entusiasmo, pero todo lo contrario, ni ganas. Espero que se me pase pronto esto que llaman ahora “inadaptación postvacacional transitoria”, como si acomodarse a la vida fuera sencillo. Lo peor de la adaptación está en lo que la propia palabra esconde, esto es, cambiar para que todo siga igual.
P.D.: Un saludo muy fuerte para todos. Espero ponerme al día en vuestros blogs antes de febrero.
P.D.: Gracias, Javier, por los libros que me has hecho llegar.
Me alegra leerte de nuevo, algo de ocio del bueno también hay en los blogs. De tu entrada, me quedo sin duda con la rumorosidad cuesquil.
ResponderEliminarUn abrazo con sordina.
También padezco IPT y he tenido que obligarme a escribir un par de entradas.
ResponderEliminarSí he encontrado algo positivo en la vuelta: los niños han pasado de estar 24 horas pegados a mí como lapas a solo 18.
Bienvenido Miradme san !!!
ResponderEliminarNo se preocupe ya pasará ese estado de inercia ... y pocas ganas de escribir ... ánimooooooooooooooo , gambareeeeeeeeee ....
Saludos animosos desde la isla .
Rosna
Premio Cervantes a Miradme, ya.
ResponderEliminarSeas bien recibido, y vete lento, que las prisas son malas.
ResponderEliminarDe nati (mistral, claro)
-Lo mismo digo, José Miguel. Si no fuera por estas alegrías que dan a veces los blogs, los ratos de ocio serían bastante más monótonos. Aún recuerdo la justa poética con Romano...
ResponderEliminar-Alejandro, creo que tú has sido quien mejor me ha comprendido. La imagen del niño-lapa lo ilustra perfectamente..
Un abrazo.
-Rosna, gracias. Ya echaba de menos tus palabras tan cariñosas.
Un beso, Yuriko.
-Julioooooo. ¡Qué cabroncete eres!
-Javier, qué antiguo eres. Me acabo de acordar del Corral de la Pacheca.
Un abrazo.
Muy bueno lo de los cuescos, Miradme. Que su impulso te lleve a ponerte pronto al día y seguir deleitándonos. Con entradas, claro, no con salidas.
ResponderEliminarUn abrazo.