Llegando a los mercados de Fenicia...
18 de abril de 2014
Tocado y hundido, Enrique. Parece que este es nuestro sino: esperar perpetuamente el Viernes Santo.Me da mucha alegría leerte.Un abrazo
18 de abril de 2014
ResponderEliminarTocado y hundido, Enrique.
ResponderEliminarParece que este es nuestro sino: esperar perpetuamente el Viernes Santo.
Me da mucha alegría leerte.
Un abrazo