Desempolvo en esta ocasión un viejo poema que azarosamente ha vuelto a mis manos tras haberlo olvidado entre las páginas de un libro.
Hoy es once de febrero:
Amarillas entre el azul de febrero,
las mimosas aceleran su paso
y nos recuerdan el fin del invierno.
Habitan tras los cristales de un bar
el silencio, el viento, el frío…
y el recuerdo de un Ulises
que mira sus manos zurdas
y que espera abrir
las puertas de Ítaca,
entre declinaciones y semillas,
en la inmensidad de un ronco
vacío que acuchilla las sienes
y las palabras.
Sol de hielo, de puñal escondido
en el final de la vida.
Un día abriremos las puertas,
tú y yo, cavaremos la tierra
y liberaremos palomas
que roben al aire
arcádicos vuelos.
Alcalá de Guadaíra, 11 de febrero de 2003.
Precioso poema...inacabables los sueños
ResponderEliminarun saludo de espuma de mar
glup!
Ese olor a mimosas dan suavidad a tu poema Alonso. Un principio frío y un final cálido para ese día, mi santo, jeje.
ResponderEliminar"Un día abriremos las puertas,
tú y yo, cavaremos la tierra
y liberaremos palomas
que roben al aire
arcádicos vuelos"
Me quedo con esta estrofa.
Al principio cuando vine a tu blog, quise quitar motas de mi pantalla, imagino que ya sabes porqué.
Saludos.
Muchas gracias a las dos.
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