Inaudibles, las estrellas contienen el latido de arterias hondas.
Mudas, las estrellas retienen el ronco estruendo de los océanos.
Silentes, las estrellas atesoran las miradas vivas (o muertas) de la humanidad.
Indolentes, las estrellas velan su propia muerte.
Abotonadas sobre la cóncava oscuridad, las estrellas, como espejos lentos, mascan el chicle de la indiferencia, fingida e impostada, de quienes las vieron, de quienes habrán de contemplarlas en las largas noche de verano.
La noche del lunes en un camino muy lejos de la ciudad, observé a Jupiter y la luna creciente.
ResponderEliminarEstrellas, al fin y al cabo, sí, pero una preciosidad muy lejos de nosotros.
Un beso.
Qué barbaridad, Alonso. Ahí hemos derrochado pellizcos al alma, maestro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Alonso
ResponderEliminarMe llamo Thania y tengo que decir que me ha encantado su blog.Dejeme felicitarle, se nota que le gusta y apasiona se ve reflejado en la calidad de sus posts.
Por otro lado,me gustaría incluirlo en mi pagina web donde desearía mucho contar con su sitio.A cambio,agradecería mucho un pequeño link,o tambien un breve artículo hacia mi web la cual estoy intentando levantar poquito a poco y como usted sabrá es difícil pero se le coge mucho cariño a cada proyecto.¿Qué le parecería?.
Un beso! y Suerte con su Blog!
Thania Borja
Seguras, las estrellas inspiran a las personas. ¿Donde estará mi lucero de el alba?. !Por fín lo encontre! Llegando a los mercados de Fenicia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sois muy amables los cuatro. Muchas gracias y perdón por la tardanza en mi respuesta.
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