18.11.08

Avanti, forza e coraggio

Cuando Antonio Medina estaba enredado en las tinieblas de la muerte, los versos de Octavio Paz le inyectaron en su escuálido cuerpo las fuerzas necesarias para anclarse a la vida.
–Me recitaba sus versos, los pensaba, los vivía. Así salí de la muerte -contaba con la pasión de un loco.
Años más tarde, su titánica lucha no impidió que la muerte acabara con los escasos gramos de fuerza que aún le quedaban.
Valga desde aquí mi pequeño homenaje a quien amó la literatura y su didáctica desde la libertad y el conocimiento, a quien fue capaz de crear un grupo de jóvenes lectores y escritores cuando y donde nadie podía imaginárselo, a quien siempre encontraba la esencia profunda de las palabras.

2 comentarios:

  1. Perdone la ignorancia, amigo cetiniano, pero, ¿quién es este Antonio Medina que merece estas tan sentidas palabras?

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  2. Querido Alonso:
    He estado investigando- ya sabes, soy un cotilla intelectualoide-y he sabido que Antonio Medina de Haro fue un compañero tuyo en las tareas de docencia que falleció hace unos años.
    Me parece hermoso que le dediques estas sentidas líneas.
    Cierro el comentario con unos versos del propio autor homenajeado:

    Belleza Final

    Estoy pensando en mi trascendencia:
    matemáticamente va desde
    mi nacencia a la nada.
    Nadando entre fenómenos
    tengo que llegar al concepto.
    En definitiva, soy un objeto
    que vive en la Belleza;
    y como un filósofo-artista
    tengo que conocer la sorpresa
    que me aguarda,
    asomada
    a la arista límite con su eterna sonrisa.
    Un abrazo, tío.

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