Llegando a los mercados de Fenicia...
Ha merecido la pena esa espera y la inversión en deuda miradmiana. Bello y profundo.Un abrazo.
Yo ya no llevo reloj, pero ni por esas.Un abrazo
El tiempo, esa dimensión que nos envuelve y finalmente nos cede el paso a la eternidad.Saludos,Rubén.
La luz como rayo que no cesa.Los segundos pasando atropelladamente.Y tu poema intemporal.
Ha merecido la pena esa espera y la inversión en deuda miradmiana. Bello y profundo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo ya no llevo reloj, pero ni por esas.
ResponderEliminarUn abrazo
El tiempo, esa dimensión que nos envuelve y finalmente nos cede el paso a la eternidad.
ResponderEliminarSaludos,Rubén.
La luz como rayo que no cesa.
ResponderEliminarLos segundos pasando atropelladamente.
Y tu poema intemporal.