La mafia colombiana, cumplido el último plazo insatisfecho, da fin a las preocupaciones. Siguiendo el instinto atávico de quienes desprecian lo que queda fuera de sus propias entrañas, buscan en la agenda del teléfono móvil del ajusticiado y llaman por orden alfabético a sus amigos, uno a uno. Solamente la vida tendrá valor, si paga la deuda, aunque no sea la suya.
Mi amigo A. no deja de pensar. Hace un mes que su jefe no aparece por el trabajo y su coche, calcinado, ha sido encontrado a 200 km de distancia. Alguien llama…
Que vayan preparando los billetes...
ResponderEliminar...que no lo coja, que seguro que una voz sureña trata de convencerle de las excelencias de cambiar de compañía de telecomunicaciones.
ResponderEliminarUn tal Saviano anda escondido. Todas las camorras son iguales. Una se pregunta cómo es posible tanta indefensión y quiénes son ellos para tener tanto poder y obrar con tanta impumnidad)
ResponderEliminarUn abrazo
Miedo me da. Porque me da que este micro es algo más que un micro. Un abrazo.
ResponderEliminar(Qué bien lo hemos pasado en Córdoba. Qué lástima que os tuvieseis que marchar un poco antes...)
Un abrazo.
Acojonnteeeee...
ResponderEliminarDe Colombia, las colombianas, siempre. Lo demás, yuyu total.
ResponderEliminarUn abrazo.
Javier, el problema es que no tienen papeles.
ResponderEliminarAlejandro, como están las cosas, lo más seguro es que te ofrezcan una nueva oferta. Como no son pesados...
ResponderEliminarUn abrazo
Shandy, miedo me das también.
ResponderEliminarHace unos tres años una banda de europeos del este robaron mi casa. Pasado el tiempo, cada vez que entro me temo lo peor. Indefensión, impunidad, crueldad...
Un abrazo
Es cierto, Juan Antonio. La historia que cuento, salvo algunos datos que he modificado, es absolutamente real. Una vez más, la realidad supera la realidad.
ResponderEliminarUn abrazo con sombrero cordobés. Nosotros nos lo pasaos de miedo.
Gracias, enigmático roble.
ResponderEliminarOctavio, además de las colombianas, que son fascinantes, Colombia es un país maravilloso que un grupo de asesinos sin escrúpulos no pueden desacreditar.
ResponderEliminarUn abrazo, hermano.
Y es que no todo es Coppola en la vida, ¿no?
ResponderEliminarAbrazos y besitos.
Es cierto, Juanma. Hay otros Coppola enla vida que dan mucho miedo.
ResponderEliminarUn besillo