Llegando a los mercados de Fenicia...
Plas, plas, plas. Geniales los dos últimos versos.Un abrazo.
Gracias, Fernando. Tú sabes que con el café me vengo arriba. El problema es que mi mujer me lo tiene controlado (aunque hace bien). Un abrazo
Plas, plas, plas. Geniales los dos últimos versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Fernando. Tú sabes que con el café me vengo arriba. El problema es que mi mujer me lo tiene controlado (aunque hace bien).
ResponderEliminarUn abrazo