Fotografía: Alonso CM. |
Miradme al menos
Llegando a los mercados de Fenicia...
24.4.17
14.9.16
He vuelto
28.1.16
Amarillos líquenes
Conchas y verdes líquenes salados,
los dormidos cabellos todavía,
al de una piedra sueño, traje umbroso
vistiendo estaban, cuando desvelados,
cítaras ya, esparcidos,
por la del viento lengua larga y fría
templados y pulsados
fueron y repetidos
que el joven caminante su reposo
vio, música segura,
volar y, estrella pura,
diluirse en la Lira, perezoso.
los dormidos cabellos todavía,
al de una piedra sueño, traje umbroso
vistiendo estaban, cuando desvelados,
cítaras ya, esparcidos,
por la del viento lengua larga y fría
templados y pulsados
fueron y repetidos
que el joven caminante su reposo
vio, música segura,
volar y, estrella pura,
diluirse en la Lira, perezoso.
Rafael Alberti, Soledad
Tercera.
Fotografía: Alonso CM. |
14.1.16
16.12.15
10.12.15
26.11.15
11.11.15
28.10.15
27.10.15
26.10.15
23.10.15
19.10.15
10.10.15
24.9.15
9.6.15
2.6.15
19.5.15
16.5.15
13.5.15
12.5.15
9.5.15
7.5.15
2.5.15
27.4.15
26.4.15
22.4.15
20.4.15
15.4.15
7.4.15
W. Turner: Burial at the sea
Percuten las sombras sobre un mar sin
adjetivos.
En mitad de la escena, un barco siluetea el horizonte, mientras que el mar hilvana en sus velas la paz de la muerte, quizás la tela de un arlequín que se desvanece en manchas.
Desde la tersura de sus pinceles, el viejo Turner torna la luz en humo, el carbón en noche y la vida en espectros.
En mitad de la escena, un barco siluetea el horizonte, mientras que el mar hilvana en sus velas la paz de la muerte, quizás la tela de un arlequín que se desvanece en manchas.
Desde la tersura de sus pinceles, el viejo Turner torna la luz en humo, el carbón en noche y la vida en espectros.
W. Turner: Burial at the sea (entierro en el mar), 1842. |
26.3.15
21.3.15
14.3.15
9.3.15
Trojes
"...Esas manos que son trojes
del hambre y de los hombres que arrebatas".
Blas de Otero
Fotografía: Alonso CM.
del hambre y de los hombres que arrebatas".
Blas de Otero
Fotografía: Alonso CM.
13.1.15
16.11.14
10.11.14
Princesa de las piruletas
Hacia los quince años,
tras un vaivén de
adelfa,
navega un vértigo de
crisálida,
un brillo de luz de
estrella,
-¿Qué si no?-
el cinco de espadas de
la infancia
contra la procelosa
dama de la vida.
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